Burns Barcelona

Hierba Sagrada y Memoria Colonial: Cannabis en el Sur Global

Introducción: Una planta con raíces profundas

La historia de la cannabis no comienza con su legalización ni con la ciencia moderna. Sus raíces se hunden en los suelos sagrados del Sur Global, donde durante siglos fue medicina, espíritu, guía y compañera. Sin embargo, con la llegada del colonialismo, esta planta fue demonizada, perseguida y convertida en objeto de control.

Hoy, en medio de debates globales sobre su regulación, es hora de recuperar su historia y comprender lo que la cannabis revela sobre la memoria colonial que sigue viva en nuestras sociedades.

Cannabis como planta sagrada: usos ancestrales en el Sur

Antes de que fuera llamada “droga”, la cannabis era considerada sagrada en múltiples culturas:

  • En la India, era ofrecida a Shiva como símbolo de elevación espiritual.
  • En África, se usaba para rituales de conexión con los ancestros.
  • En América Latina, formaba parte de prácticas curativas tradicionales.

Estas culturas no separaban el cuerpo del espíritu ni la medicina de la naturaleza. La cannabis era una aliada para la salud integral y una herramienta para mantener el equilibrio entre el ser humano y su entorno.

Colonialismo y prohibición: la criminalización como herramienta de poder

El colonialismo no solo impuso nuevas fronteras y economías, sino también nuevas formas de pensar. Bajo esa lógica, los saberes indígenas y africanos fueron descalificados como superstición o atraso. Así, plantas sagradas como la cannabis fueron convertidas en sustancias “peligrosas”, justificando su prohibición a través de un discurso racista, moralista y eurocéntrico.

Países colonizados como Jamaica, México o Sudáfrica vieron cómo las leyes impuestas no solo atacaban el uso de la planta, sino todo un sistema de vida comunitaria.

Memoria colonial en la era de la legalización

Actualmente, mientras los países del Norte legalizan y lucran con la cannabis, muchas comunidades del Sur continúan siendo excluídas del debate y del mercado. Esta contradicción muestra que la memoria colonial no ha desaparecido: solo se ha transformado.

Legalizar sin reparar es perpetuar la injusticia. Es olvidar que la persecución, la cárcel y la estigmatización todavía pesan sobre quienes históricamente han sostenido el conocimiento canábico.

Reivindicar la hierba sagrada: una tarea política y espiritual

Descolonizar la cannabis no es solo una cuestión legal o económica. Es también un acto espiritual. Significa:

  • Reconocer los saberes ancestrales como legítimos
  • Devolver la dignidad a quienes fueron criminalizados
  • Valorar el uso espiritual y ritual de la planta
  • Reabrir los caminos de sanación colectiva y conexión con la tierra

Cuando hablamos de “hierba sagrada”, no es una metáfora. Para muchas culturas, esta planta sigue siendo un puente entre mundos, una medicina del alma y una memoria viva de resistencia.

El Sur Global como centro de sabiduría

Es momento de mirar hacia el Sur no como periferia, sino como fuente de conocimiento profundo. Las comunidades que han conservado el uso tradicional de la cannabis nos enseñan a relacionarnos con la planta desde el respeto, la reciprocidad y la espiritualidad.

En vez de imponer regulaciones desde arriba, los Estados deberían escuchar a quienes han cuidado esta planta por generaciones, integrando sus voces en los procesos legales, científicos y culturales.

Conclusión: recordar para sanar

La cannabis es más que una sustancia. Es historia, símbolo y herramienta. Recordar su papel como hierba sagrada en el Sur Global es también recordar las heridas del colonialismo y los caminos posibles de sanación.

En tiempos de crisis espiritual, ecológica y emocional, recuperar esta memoria no es solo útil: es urgente. Porque solo descolonizando la relación con la cannabis podremos construir una cultura verdaderamente libre, justa y consciente.

Published
Categorized as Blog

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *