El cannabis ha sido objeto de creencias populares, estigmas sociales y debates políticos durante décadas. Mientras algunos lo consideran una planta milagrosa, otros lo ven como una amenaza para la salud mental. ¿Qué hay de cierto en todo esto? En este artículo, desmontamos mitos comunes y revelamos lo que la ciencia realmente sabe sobre cómo el cannabis afecta el cerebro.
Mito 1: “El cannabis mata neuronas”
Falso. No existe evidencia científica concluyente que demuestre que el cannabis mate neuronas de forma directa. Sin embargo, el THC puede afectar la comunicación entre ellas, especialmente durante el desarrollo cerebral (como en la adolescencia). La clave está en el uso responsable, la dosis y la edad de inicio.
Mito 2: “Fumar marihuana te vuelve perezoso”
Depende. Este estereotipo tiene algo de base en la ciencia, pero no es universal. El THC puede disminuir la motivación en algunos usuarios crónicos, una condición conocida como síndrome amotivacional, aunque no afecta a todos. Por otro lado, muchas personas reportan que el cannabis estimula su creatividad o productividad, dependiendo de la variedad, la dosis y el entorno.
Mito 3: “El cannabis es completamente inofensivo”
No es tan simple. Aunque la marihuana tiene muchos beneficios potenciales, puede causar efectos negativos, especialmente en personas con predisposición a trastornos mentales, o cuando se consume de forma excesiva. Como cualquier sustancia psicoactiva, requiere información y moderación.
¿Qué dice la ciencia? Descubrimientos clave
1. El sistema endocannabinoide es fundamental para el cerebro
Todos los humanos tienen un sistema endocannabinoide que regula el equilibrio del cuerpo y el cerebro. El THC y el CBD interactúan con este sistema, lo que explica sus efectos físicos y mentales.
2. El CBD puede proteger el cerebro
A diferencia del THC, el CBD no es psicoactivo y ha demostrado tener propiedades neuroprotectoras, ansiolíticas y antipsicóticas, lo que lo convierte en un aliado potencial en el tratamiento de epilepsia, ansiedad, esquizofrenia y Alzheimer.
3. El cannabis influye en la memoria y la atención
El consumo agudo de THC puede afectar la memoria de corto plazo y reducir la concentración. Estos efectos son temporales, pero pueden persistir si el uso es diario y prolongado.
Verdades incómodas: ¿hay riesgos reales?
Sí, y es importante reconocerlos sin alarmismo. Algunos de los riesgos asociados al uso frecuente o precoz incluyen:
- Alteraciones cognitivas leves (en especial en adolescentes)
- Mayor riesgo de desarrollar psicosis en personas vulnerables
- Síntomas de abstinencia en consumidores diarios
- Posible dependencia en cerca del 9-10% de los usuarios
No obstante, en usuarios ocasionales y adultos, los efectos negativos son leves y generalmente reversibles.
¿Y los beneficios? Lo que no siempre se dice
La ciencia también ha demostrado múltiples beneficios del cannabis, como:
- Alivio del dolor crónico y la inflamación
- Regulación del sueño y el apetito
- Reducción de la ansiedad (especialmente con CBD)
- Uso prometedor en tratamientos neurológicos (esclerosis múltiple, epilepsia, Parkinson)
Conclusión: más allá del mito, hacia el conocimiento
El cannabis no es ni un demonio ni una panacea. Es una planta con un poderoso efecto neurológico, que debe ser comprendida desde la ciencia, la experiencia y el contexto individual. Con información clara y actualizada, podemos dejar atrás el miedo o el fanatismo y acercarnos a un consumo consciente, terapéutico y seguro.